miércoles, 20 de abril de 2016

Experiencia: 

Todos hemos oído en algún momento comentarios como: "La experiencia enseña", "Más sabe el diablo por viejo que el diablo","No hagas esto, yo he pasado por eso y me salió mal", "El sabio no se equivoca, él deja que los demás se equivoquen en su lugar", etc. Todas las frases nos dicen que deberíamos hacer caso a gente con más experiencia, pero ¿Realmente nos sirve la experiencia? o ¿La experiencia es tan importante como creemos?
Cuando recibimos los consejos  tratamos de tomarlos como un punto de referencia que nos permita dilucidar o aclarar ciertos pasajes de nuestro presente - de hecho las personas que nos aconsejan lo hacen con la mejor de las intenciones - para luego tomar una decisión. 

Al atravesar por cierto momento sentimos que podemos afrontarlo o no con base en nuestra experiencia y es que esta "Experiencia" nos da un envión anímico o en su defecto acaba por sumergirnos en las profundidades de la cobardía haciendo pulular nuestros más profundos miedos.

Para que determinado suceso se dé influyen una serie de factores, como se lee en el Alquimista: "Cuando una persona desea realmente algo, el universo entero conspira para que pueda realizar su sueño." - se suscitan una infinidad de hechos en el universo para crear ese instante único - podríamos mencionar factores como: el ambiente, el tiempo, el estado de ánimo, las personas, los acontecimientos  que se dieron tan solo un instante antes del acto, etc. 

Podríamos decir que la experiencia como tal no nos asegura nada o tal vez en lugar de ayudarnos nos cohíbe  o amedrenta de realizar algo.

La experiencia es una enseñanza que tal vez nunca podamos aplicar o por lo menos que tendríamos que sopesar antes de intentar usarla, porque los factores que influyen para que se dé tal instante del cual hemos "aprendido" son casi imposibles que se repitan. Por ejemplo el ambiente puede cambiar, lo aprendido pudo haber ocurrido en un lugar muy hostil y el suceso actual en un lugar muy confortable (factor que puede influir enormemente en el suceso o en el estado de ánimo de los personajes implicados), el tiempo puede ser distinto ya que los seres humanos estamos en constante cambio y con el pasar de los años actuamos de manera diferente ante determinadas situaciones, nuestro estado de ánimo como el de las personas involucradas puede ser distinto. Entonces no podríamos premeditar como reaccionar, como asegurar que las cosas se den como las habíamos pensado o como nos dijeron que se sucederían.

Cuando afrontamos determinada momento en nuestras vidas tal vez convendría afrontarlo desde cero - sin experiencia - y confiar en nuestras habilidades inherentes de discernimiento. Cuando somos espontáneos, cuando las cosas salen desde dentro y fluyen con naturalidad, cuando llega ese momento sabemos que hemos hecho lo correcto que no importa lo que pase, no importa que las cosas salgan mal porque hemos hecho algo que ha trascendido nuestro ser. La espontaneidad puede entonces asegurarnos una satisfacción mayor a la que lograríamos teniendo todo "calculado".